jueves, 11 de marzo de 2010

Simple aventura casual de carácter hedonista

Venís en cualquiera. Te clavas los auriculares y ponchas play. No importa lo que suena, esta bueno, como todo lo que suena en tu mp3 (FAAH!!!). Bajas, ligero, las escaleras y salís a la calle.

El caos del desarrollo productivo.
Capital, plusvalía, economía de mercado, jungla urbana. Pero estás muy apurado para pensar en eso (son cosas para el estomago lleno y copa en mano).
Tomás la diagonal y encaras La Plaza. Gambeteas una paloma, ves con envidia a los rubios turistas que sacan fotos despreocupadas, y miras, sin entender, aquella carpa con las islas dibujadas.
Hoy hay escenario... claro es jueves, marchan las Madres.
Subte, molinete, andén y... kiosco.
Ahí frenas. Te quedas mirando, ya no estás apurado. Un rato para vos. Fichas un par de libros y decidís embarcarte en la aventura. Pispeas la billetera y tenés la guita. Pero... hay que comprar un libro.
"¿Y si después no lo leo nunca?"
No importa tomas el riesgo.
-Dame ese y ese.
-Dale. Son 18p.
Completas la transacción.
Ah!!! Sensación de satisfacción.
Nuevas letras para jugar.

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