sábado, 20 de diciembre de 2008

Noche de lluvia

Mirando a través de la ventanilla del taxi, aquella entrada adornada con las gotas de lluvia, piensa. Piensa que ya nada se puede perder, que lo ha perdido todo. Está convencido, este es el momento, bajar del taxi y tocar el timbre.
¿Qué más da? En el peor escenario nada cambiaría.
Sería la última jugada…
Entre lágrimas ordena al conductor arrancar.
No tiene el valor, nunca lo tuvo. No lo podría soportar otra vez.

Ella mira por la ventana. Ve un automóvil, quizás un taxi, detenerse a la entrada y piensa. Piensa en él, en que quizás esta vez todo podría ser diferente.
Imagina que baja de aquel taxi y toca el timbre, ella, sin dudarlo, corre y lo abraza para nunca más soltarlo.
Con la mirada perdida escucha al taxi partir. Luego la lluvia. Suspira y llora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que hermosamente triste!
La vida es un gran desencuentro, y siempre la desubicada funcion tiempo-espacio.
Gratas sorpresas leer tus cosas.
Ojalá nunca me falten mails que me hagan emocionar!